Luis Suárez: LEÑA AL MONO

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MONO

Todo el que ha sido algo es un ex.: exministro, exsecretario general, exdirector general, exjefe de negociado, etc.,etc.
Reinaba yo en esta consideraciones, cuando un propio me viene y me dice que entre los tratamientos, además de Excelentísimo, Ilustrísimo, Reverendísimo, hay uno que hace referencia a los supuestos ancestros del hombre y que es Ex -simio, vamos eximio. El eximio dramaturgo portuense Manuel Pérez Casaux así lo considera y así lo mantiene porque es un darwinista convencido. Yo, que soy muy práctico, creo más en aquello del polvo, --quia pulvis eris, et in pulvis reverteris—o sea en el barro de que estamos hechos, que en realidad es polvo con agua. Es cierto que algunos son resultado y consecuencia de medio polvo y otros de polvo y medio, pero eso es otro cantar. El caso es que los ex -simios lo son porque antes, según su teoría, han sido monos, o mejor dicho primates con todas sus variantes.
En el maremagno de disposiciones y leyes con que se rellena y adorna el BOE y los Boletines Oficiales de todas las Comunidades, Nacionalidades y Realidades Nacionales aparecen cada día toda clase de paridas jurídicas, desestabilizadoras algunas de ellas y, otras, claras cortinas de humo para solapar desmanes de todo tipo. Son maniobras envolventes. Una, y muy notable, es el reconocimiento de los Derechos Fundamentales de los monos.
Me dice aquí el propio que tengo al lado que, sin duda alguna todo ha sido una maquinación e idea de la Ex -simia Doña María Teresa Fernández de la Vega, Vicepresidenta del Gobierno que, a lo que parece, tiene gran afinidad con sus congéneres, porque se ha descubierto ----aunque se tiene callado y solamente se comenta soto voce en los corrillos políticos de Madrid, que es donde se comenta todo--, que Doña María Teresa tiene entre sus ancestros a la mona Chita, pero que, sin duda, es consecuencia de una mutación que ha degenerado. Es muy lógico, porque siempre se ha dicho eso de “A los tuyos, con razón o sin ella”. Y entiendo que, en este caso, hay razones y de mucho peso. No obstante, me concreta y puntualiza el propio que tengo pegado aquí al lado que, a pesar de lo que la Ex –simia gasta en ropa, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. La gente, ciertamente, es maliciosa.
Del seráfico trato con los hermanos animales de la creación de San Francisco de Asis, se pasó al despropósito del maltrato, lo que es condenable y anticonstitucional. Y ahora nos hacen creer que el ecologismo andante hay que tenerlo por bandera. Cierto. Pero, tal como está organizado, eso es de gente descreída, porque los ecologistas salvadores son, cuando menos, infieles y de izquierdas. La Iglesia, Madre y Maestra, ha defendido, de siempre, a los animales. En el Diluvio, Dios los salvó por medio del Arca de Noé; el propio Espíritu Santo tiene forma de paloma; San Antón es el patrono y cuidador de los animales; San Francisco de Asís, los mimó; San Roque protegió al perro sin rabo que lamía sus llagas; San Isidro a su yunta de bueyes; San Martín, San Jorge, Santiago, consta que cuidaban esmeradamente a sus corceles... Hay santos a quienes la simbología los compara con un animal: San Juan, con el águila; San Marcos, con el toro, San Lucas, con el león... v.gr. Sin embargo, no consta en el santoral, ni en hagiografía alguna, ni en el Año Cristiano de Croisset, ni en el de Fray Justo Pérez de Urbel, ni tan siquiera en el que prepara el Muy Ilustre Sr. Don José Luis Repetto Betes, Deán del Cabildo Catedral de Asidonia-Jerez, mención o memoria de que hubiera un santo protector específico de los monos. Efectivamente hay una laguna simbológica, consuetudinaria y sobre todo legal que ha aconsejado a quien corresponde su pronta correción y la regulación de ese imperdonable vacío. Y es que el Estado debe estar a la cabeza en la protección de lo desprotegido. Todo bicho viviente, y por muchas serias razones, los monos, deben tener a cubierto sus derechos más elementales. Y el mono que no los tenga, que los reclame. Tantos siglos –desde la creación-- de lucha sin ser oídos, han sido recompensados ampliamente por este Gobierno benefactor ,con el derecho a la vida, con el derecho al trabajo digno, con el derecho al aborto libre, al amor libre, al divorcio, a todo, todo, todo, todo... porque para algo han estado sojuzgados y esclavizados en circos, en zoológicos, exhibidos por zíngaros ambulantes, maltratados por despiadados niños que los tienen de mascota, sacrificados cruelmente para servir de manjar considerado suculento en tal o cual país ignoto, o como trofeo de caza, e incluso son la carátula del colonialismo más innoble de la Perfida Albión, en Gibraltar.
Recurriendo a la sagrada Memoria Histórica, griten, por tanto, enardecidamente, todos los monos, junto con la Ex -simia Doña María Teresa: ¡U.H.P.! ,¡Uníos Hermanos Primates!

Luis Suárez Ávila

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